La profesión de taxista tiene cierto riesgo, pero también muchas recompensas. Sobre todo cuando, por ejemplo, al conductor le toca la suerte de que se suba en su coche la clienta más puta. Y la zorra que encaja en esa definición es la del vídeo, que como no tiene dinero para pagar le dice al taxista si puede hacerlo con su cuerpo. El hombre decide que sí, así que se la lleva al asiento de atrás y ahí le empieza a hacer una mamada. Para terminar la pone a cuatro patas y la recienta mientras la tía mira a la cámara de seguridad del coche mostrándonos lo muy puta que es.
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