Si alguien os pregunta si ser profesor de billar es una buena profesión os vamos a decir que les respondáis que sí, que es una profesión cojonuda. ¿Por qué? Pues porque mira lo que puede pasar cuando estás dando clases particulares. El tío está enseñando a una madurita tetona, que no es que sea una rubia xxx espectacular, pero cumple tres rasgos que nos encantan. Primero: la cara de puta que tiene. Segundo: las tetazas. Tercero: un culazo de la ostia. Y claro, con todo eso es normal que el profesor le meta mano para follársela. Y la madura, por supuesto, se deja hacer de todo y acaba con el chocho lleno de semen.
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