Es domingo por la mañana. La madre está en la cocina desayunando algo en camisón de seda, muy sexy. El hijo se ha levantado con un empalme de tres pares de narices. Y se quiere correr, pero no con una paja. Así que lo mejor es asaltar a la madre. La coge por detrás y la obliga a que le chupe la polla. Luego la tira al suelo y la prepara a cuatro patas para penetrarla. La apoya contra el mueble de la cocina y se la empieza a meter. Vemos cómo la madre forzada se va quejando cada vez menos. Será porque le gusta. Luego les vemos follando de nuevo cuando el hijo seda a su madre para dejarla inconsciente.
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