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Ya sabéis lo que le mola a una esclava sumisa. Primero, que la aten, que la cuelguen, que la pongan boca abajo y en cualquier posición para hacer con su cuerpo lo que su amo quiera. Segundo, que le follen la boca como si fuera la más puta. Tercero, que le introduzcan cualquier objeto, cuanto más bestia y doloroso posible tanto por el chocho como por el culo. Y cuarto, que se la follen tan violentamente que no pueda parar de gritar como una zorra. Y si al final hay una corrida caliente que la humille más, mejor que mejor. Todo ello se lo vais a ver a la rubia del vídeo.
