Pensemos en un chochito prieto todavía virgen y luego tengamos en cuenta que es el de una colegiala japonesa, lo que lo hace aún más pequeñito y de espacio reducido. El morbo de meter la polla ahí es inmenso. Y es justo lo que hace un afortunado en este vídeo a una estudiante nipona que después de chupar un poco de rabo se pone a cuatro patas para que se la follen por primera vez. Y como es su desvirgación, nada mejor que una corrida dentro del coñito. Al final del vídeo podéis ver un momento cómo todo el semen se le sale hacia afuera.
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