Una mañana cualquiera una chica que tenía un trabajo de oficina donde tenía que ir arreglada se quedó dormida. Ella tuvo que elegir entre ir bien vestida o llegar a su puesto de trabajo con lo primero que pillara. El jefe le gustaba que todos sus trabajadores tuvieran buena presencia y cuando ella le llevó unos informes el le recriminó que la forma de vestir no era la adecuada para su empresa.
Ella le dijo que se había quedado durmiendo y que no le daba tiempo a arreglarse y llegar a tiempo. El le dijo que con esa pinta no podía estar fuera y empezó a fijarse en las enormes tetas que la chica tenía. Después miró hacia abajo y los pantaloncitos que llevaba le marcaba un buen culo. El hombre empezó a gustarle y ella aprovechó para calentarlo más preguntándole que tampoco estaba tan mal la ropa que se había puesto.